LA ROMA DE MONEO

Ayer hablaba con un joven arquitecto que está acabando su carrera. Se quejaba de este país, de los políticos que nos han llevado a esta crisis. Se quejaba porque él tendrá que irse a buscar trabajo fuera de España. Aquí sólo podrá colocarse, con suerte, como director de alguna obra. Y él quisiera vivir en su tierra, quisiera vivir donde tiene sus raíces. Le he dicho que nosotros, los de nuestra edad, trajimos a España la libertad, la paz y la prosperidad que ha permitido que tengamos la juventud mejor preparada de nuestra historia. Cierto es que ese saber hacer ahora no pueden desarrollarlo aquí. Durante años, quizás, nuestros mejores talentos tendrán que emigrar. Pero le he dicho que no tiene que temer por sus raíces. Él se lleva todo consigo a donde vaya. Él, el arquitecto que él es, lleva dentro la cultura romana, las playas de Cádiz, lleva consigo todo lo vivido, su infancia, que conforma quién es, Andalucía. Como mi compatriota, el tudelano Rafael Moneo, ciudadano del mundo, pero navarro y español, también en sus obras, inevitablemente. El arquitecto, como los antiguos constructores de Catedrales, va errante de aquí para allá, donde hay un encargo. Pero no hay que temer: para conservar tu raíz no tienes que permanecer en un lugar. Tu raíz va contigo y eres tú en todo lo que tú hagas. Como Moneo es Roma.