Monday, May 31, 2010

AHÍ ESTÁ LA VERDAD




Antes de irme -el jueves por la tarde- la noticia de una muerte. Ahora, al volver, el infarto del vecino. Inexorablemente, la muerte inmediata nos da razones (las razones) para vivir de otra manera. De la manera que nos resulta -no sabemos porqué- imposible. Pero viene la muerte y hay que decidirse. Viene la muerte y te conduce ¿a dónde? Al olvido. Al balance final.
En el tanatorio, la familia se lamentará de la mala suerte de la hora del fallecimiento (tienen que pasar veinticuatro horas). El oficiante intentará ponerse en un lugar en que nadie pudo ponerse jamás. Será todo muy burocrático para lo que debiera. Los amigos aprovecharán para tomarse luego una cerveza y hacer un poco de relaciones sociales (la cosa está muy mala). Palabras. Yo la ví hace un més, a ella, en la caseta de Feria. Lo ví, a él, hace una semana, reímos juntos sobre nuestras diferencias deportivas (bético y él sevillista).
Vistos y no vistos. Hablando y distrayéndonos. Sufriendo, aguantando (no sabemos porqué) una vida distinta de la que...
Y aquí estoy yo, antes de salir a la calle, tomando decisiones sesudas, ante esta muerte que se avecina, sentada un ratito, en el borde de la cama.

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