ROMEO Y JULIETA
En la Maestranza, Romeo y Julieta, de Gounod.
El estreno había sido sonado, por el abucheo al tenor Richard Troxel, intérprete de Romeo. La soprano Nathalie Manfrino interpretaba a Julieta, mientras que el tenor Richard Troxel encarna a Romeo. Michel Plasson, el director francés, era la gran atracción.
A mí, que tengo la suerte de no ser melómano y de disfrutar de forma totalmente inocente (inconsciente), me gustó (más, me encantó), Richar Troxel. Esa forma de quebrararse la voz no sé si alguien la llamará "gallo", pero yo la asocio a la emoción. Es un tenor romántico. Como Carreras, como Kraus. No comparo.
Eché de menos otros decorados, otro vestuario...modernizar lo que está bien como se concibió, en realidad es una estafa. Pero esa misma desnudez invitaba a cerrar los ojos y escuchar.
Tampoco me gustaron las licencias del Ivo Guerra (el director de escena), con Mercucho: lo convierte en un homosexual fiero y burdo que llega a besar en la boca a Romeo, tras fingir una penetración. El intérprete lo borda, pero no es Gounod, no es elegante (manca finezza).
¿Qué me gustó? Veamos. La música: hay pasajes deliciosos.
La Real Orquesta Sinfónica de Sevilla y el Coro de la Asociación de Amigos del Teatro de la Maestranza, como siempre, magníficos. Del coro se pudo disfrutar, ciertamente.
Respecto de la música que hemos escuchado, dice Plasson: "la música francesa tiene una característica, que es la fragilidad. Es extremadamente refinada, elegante y delicada. Es una flor frágil, pero bella. No es un arbusto. Hay que controlar esta delicadeza y elegancia en su justa proporción. "La música francesa siempre tiende a la felicidad, a la consecución del placer y de la alegría...".
Otra cosa que me gustó, la escenografía del himeneo, la noche de amor de los esposos. Las luces de la aurora, el paso de la noche al día, a través de los reflejos de color en los visillos que enmarcan el lecho nupcial. "Es la alondra, que anuncia la mañana. No...es el ruiseñor, compañero del amor".
El destino trágico, la muerte: "Los padres - dirá Romeo- tienen entrañas de piedra". Se refiere a Dios. Porque la muerte vence al amor. Ese amor que era promesa de felicidad. Pero, al escuchar las palabras de los amantes, uno piensa que la muerte corta la flor antes de que se marchite. La verdadera muerte del amor, la triste, es la rutina, la costumbre...Y Romeo y Julieta, al morir, escapan de esa otra muerte, más triste, la muerte del amor. Y así, sobreviven eternamente en el canto de la alondra y en el canto del ruiseñor.
Dejo a los entendidos la crítica. Me quedo con el disfrute de esta noche de ópera.
2 Comments:
Me encanta el teatro, Romeo y Julieta es todo un clásico (aunque en mi blog haya destrozao la obra jaja). Me gusta tu blog, me pasaré mas amenudo. Saludos!
Gracias por venir. Romeo y Julieta no se puede destrozar con 19 años. Sólo se puede imitar. Me encanta tu foto simpsoniana. Saludos para tí desde Sevilla y bienvenido a la blogosfera.
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