Friday, February 03, 2006

LA FICCION DEL QUE PUDO SER

El joven novelista Joaquín Pérez Azaustre dice, en una entrevista reciente, algo que me parece verdadero: "el hombre y la mujer de hoy viven entre la realidad tangible y la imagen de lo que les gustaría ser". Esta dualidad entre realidad y ficción es lo que, según él caracteriza nuestra sociedad y, por tanto, nuestra literatura.
Creo que es así. La realidad se muestra excesivamente previsible, pedestre, reiterada, esforzada. Creo que sentimos eso que dice Agustín García Calvo: el futuro es el gran argumento de la alienación (el hipotético futuro mejor por el que hipotecamos nuetro presente, que es lo único que poseemos). Nuestra realidad es resignada y mate. En tal caso, escribir o leer ficción tiene la función de mantener la ilusión de una posible irrupción de lo mágico, de lo imprevisto, en lo cotidiano de cada uno. Como si pudiera existir una realidad alternativa, por poco verosimil que sea.
Acabo de ver en el mobiliario urbano el anuncio de Coca-cola, en que se celebra a aquél que lo dejó todo y puso un chiringuito en la playa. Esa es hoy la imagen de felicidad posible, de libertad posible: eso es lo irrealizable, y por tanto, la ficción. Pero nos gusta la ficción para soñar con ella. Sólo tenemos que ser conscientes de que se trata de un juego mentiroso, porque en ese juego renunciamos, de antemano, a ganar. En el fondo, sabemos que no jugamos en serio: ¿a qué estamos dispuestos para hacer realidad nuestros sueños? A nada. Esa es la verdad. Preferimos que aquello siga siendo un sueño (un punto de locura puramente teórica en nuestras vidas). Gil de Biedma decía que sólo maduraremos cuando nos despeguemos del fantasma que para nosotros es "el que podríamos haber sido". Ese ser -frustrado, anulado por la sociedad o el tiempo- lo hemos creado y lo mantenemos con vida nosotros. Es mentira: somos los que hemos decidido ser. Nunca ha existido ese marino frustrado, ese escritor frustrado, ese bohemio frustrado. Nuestra vida es la que es. Y previsiblemente seguirá siendo esa. Somos lo que somos. Esa es la realidad y lo otro, ficción, conformadora ficción.

2 Comments:

Blogger Gatito viejo said...

Estamos educados para no ser los ganadores, para resignarnos, para no luchar. El triunfo está demasiado lejos, a mí no me tocará, no soy tan importante, nos decimos, la vida es dura y lo sabemos y si no es así, hay muchos dispuestos a recordárnoslo con su testimonio y filosofía de la vida. Vivimos en una sociedad con una pérdida de valores alarmante donde todo vale para llegar y en estas condiciones uno prefiere soñar que hay otro tipo de mundo. Es entonces cuando inventa la ficción. Otra realidad donde uno sí puede utilizar esa frase tan manida que es realizarse como persona, y ser el que uno quiere ser, entre tanto, y en vista de que eso sólo ocurre en los sueños, va pasando el tiempo y uno se da cuenta de que sí, de que vive "la ficción del que pudo ser y no es", pero es que en verdad no sabe vivir de otro modo.
Saludos

11:01 AM  
Blogger francisco aranguren said...

Pero, para ser más optimista, creo que hay que insistir en reconocer que sí queremos lo que tenemos (a veces simplemente no reparamos en ello o estamos cansados porque nos aburrimos). Quiero mi vida y a mí mismo y lo que he conseguido llevar a cabo: lo bendigo esto, por lo que luche tanto. Eso dicho, hoy es el primer día del resto de mi vida, y mientras hay vida hay movimiento y cambio. Hasta pronto Gatito.

5:50 AM  

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