Thursday, August 30, 2007

OLIVETTI LETTERA 32

Cuando era un adolescente comencé a trabajar en los veranos. Hacía visitas a domicilio durante toda la mañana. Pasaba calor. Me cansaba. Luego comía con apetito y echaba una deliciosa siesta. De esos afanes salió mi primer sueldo. Lo empleé en comprarme una máquina de escribir. Era -es- preciosa: la Olivetti Lettera 32.


Ahora muere Umbral, que toda su vida utilizó la misma máquina de escribir para confeccionar sus artículos. Y al leerlo recuerdo mi propia máquina de escribir. Y recuerdo mi deseo inicial de hacer la carrera de Peridismo, del que me disuadieron entre varios miembros de mi familia. La carrera que luego elegí no apagó mi deseo de escribir. Y aquí sigo.

Pero Umbral sí escribía bien las columnas. Estos días leo y veo en televisión entrevistas que le hicieron y dice cosas interesantes sobre el arte de hacer columnas, que quizás pudieran aplicarse en general al arte de escribir (incluso estas entradas para los blogs).

Lo primero que me interesa es cómo define Umbral su estilo: dice que él, como escritor, adopta una mezcla de melancolía y mala leche. Es decir, que para escribir tengo que ser un escritor y no un particular. No intersa el particular, su forma de ser ni su ideología. Interesa (ha de resultar interesante) el escritor: el escritor es un personaje que crea un particular, que quiere dedicarse a la escritura. Y como personaje ha de dotarle de una personalidad (un estilo, una voz).

El escritor debe vivir, en primer lugar. Porque si se queda encerrado, pronto su escritura se convierte en una introspección a la inglesa. Hay que vivir para contarlo. La gente quiere que le cuenten cosas, no ideas. Las ideas son menos importantes que las palabras.

Las ideas, por otra parte, no son importantes en sí mismas, lo mismo que no suelen ser originales: por más que pensemos que somos originales, nuestras ideas ya han sido antes de otros. El hallazgo suele ser un hallazgo verbal. Para escribir (y en general, en la vida) dan más juego las preguntas que las respuestas. La pregunta abre puertas que la respuesta cierra. El escritor puede jugar a hacerse preguntas, para dejarlas sin contestar (aunque sepa las respuestas). Se trata de no desperdiciar el tema, que es -precisamente- la pregunta abierta.

En cuanto a la columna misma, como género, es como una morcilla: hay que rellenar lo de dentro y luego atar los extremos. El comienzo ha de ser una frase corta, que contenga una bouttade o alguna cosa sorprendente. Luego puede uno divagar durante el primer folio, haciendo citas, juntando cosas bellas, un poco al tuntún (las palabras al ser lanzadas pueden asociarse, dando lugar a la casual belleza). En el segundo folio hay que entrar ya en materia: decir lo que uno quería decir (lo que se le ha ocurrido para la columna). Y al final, en las últimas líneas, volver al principio, para atar. La libertad excluye la necesidad de ser consecuente o de no contradecirse. El escritor debe escribir y basta.

Escribir es un destino. Y es un oficio. Por eso se adquiere una técnica. Pero es importante que cada artículo -cada entrada- responda a un deseo real de escribirlo, a una inspiración. Umbral aguardaba ese momento en pijama. Sobre las doce de la mañana. Si no venía la inspiración la ayudaba con un whisky. Pero normalmente -dice- el problema no era no tener ideas, sino tener demasiadas. Por último, un consejo: al abordar un tema, no tomarlo en su totalidad, sino partir de un detalle. Empezar por ese detalle pequeño. Como yo he empezado por la máquina de escribir, modelo Olivetti Lettera 32, que -ignorándolo ambos- nos unió durante estos años al difunto Francisco Umbral -periodista- y a mí -periodista frustrado- en una misma devoción fetichista.

Wednesday, August 22, 2007

COOPERANTES


En la placidez del verano, con sus largas tardes para la ensoñación y la lectura, con el diario paseo por la orilla, entre el esplendor de los cuerpos, el juego con las olas para secarse al sol, llegan cartas como ésta, que dan nueva dimensión a nuestros deseos:

"...Por aquí seguimos, en la bella y conflictiva (...). La semana que viene empiezan a volver algunos del grupo y ya empezamos a evaluar cómo van los proyectos.
Para algunos la experiencia está siendo bastante dura. De hecho una del grupo se ha vuelto a España antes de tiempo por no aguantar la tensión. La violencia es continua alrededor nuestro. Como os conté mataron a dos de los chicos de la calle con los que trabajamos y hemos presenciado ya varias recogidas de cadáveres en la calle de gente que acababan de asesinar. A eso se suman esta semana los muertos por las inundaciones. Se acercan los huracanes de esta temporada y aunque no llueve todavía de forma exagerada, los derrumbes y corrimientos de tierra en las zonas más pobres se han llevado algunas casas... Esta semana hemos estado visitando E., una de las zonas más peligrosas de la ciudad por estar controlada por las maras o pandillas. Un grupo de teatro ha abierto una casa cultural como propuesta alternativa para los jóvenes, que no tienen muchas más posibilidades en la actualidad que ingresar en las pandillas para delinquir. Nos han pedido que les ayudemos con su proyecto y vamos a ver qué se puede hacer.
Algunas de las jóvenes mamás con las que trabajamos no se ven capaces de asumir responsablemente su maternidad y van a entregar a sus hijos. Estamos buscando la manera de que estos niños tengan una propuesta mejor, aunque eso implique que alguno de nosotros tenga que ser padre a la fuerza.
En medio de todo esto, estamos pensando cual puede llegar a ser nuestro papel en este país. Creemos que podemos aportar mucho. Que hay que echarle valor, pero que no podemos permitir que estas situaciones de pobreza y de injusticia se mantengan de este modo. Algunos del grupo no descartan la posibilidad de quedarse a vivir aquí por un tiempo más largo. Y eso se convierte en nueva fuente de sueños para pensar soluciones...
La materia prima del grupo es muy buena. Y la opción de trabajar por los más desfavorecidos es clara. Consideramos que hay que dar un paso adelante en este voluntariado y establecer una presencia con mayor continuidad. Eso supone un mayor compromiso por nuestra parte y una vez más ponernos las pilas para buscar los recursos que siempre nos faltan. No obstante, espero que a la vuelta de este viaje, al ser muchos los que han participado y estar muy motivados, sea relativamente fácil organizar actividades para la recaudación de fondos.
Os tengo muy presentes a todos, especialmente a la pequeña M. que estará por nacer. Cada niño que nace es una buena noticia. Preparadle entre todos una cuna de amor. Hay demasiado niño naciendo en medio de la violencia y la miseria. Dadle lo mejor para que un día se sienta, como hoy nosotros, de algún modo obligada a devolver tanto bien recibido..."

Y uno está también allí, con el amigo, aunque siga aquí disfrutando del verano, de su languidez, de las playas y los cuerpos. Es como si el valor del amigo fuera un poco suyo también. Y no hay contradicción. Allí hay vida tambíen y vida bien bella. Vida intensa, cálida y fraterna. Vida que nos llama y se nos da para que la compartamos. Para que llenemos de vida nuestra vida.

Wednesday, August 08, 2007

ESCOTES


"El poder de los encantos
impide con frecuencia
conocer las interioridades"
(José Manuel Caballero Bonald)