Tuesday, February 26, 2013

HOUDINI Y PLATÓN CONTRA LOS ELEMENTOS



Houdini se escabullía. Se hizo famoso en el arte de la fuga. Era un escapista: el mejor. Se lanzaba a las frías aguas del Támesis y como por arte de magia, esa realidad de atenazante de cadenas se deshacía. Y él resurgía de las profundidades, de lo hondo del abismo, libre y poderoso. Al volver a la superficie era previsible el estupor, que de inmediato daba paso al entusiasmo y la admiración. Resultaba todo un espectáculo presenciar el prodigio de la liberación de ese hombre pequeño cargado de candados y hierros. Es maravilloso pensar que se puede escapar de la prisión mortal, salir indemne de tanto peligro, conservarse a salvo, a resguardo de una realidad amenazante. Todo se lo ponía en contra para poder luego superarlo todo. Y cuanto más difícil, cuanto más peligrosa era la situación, más heróica resultaba la victoria. Mayor era el mérito, más se difundía la fama. Y más crecía la confianza en la propia habilidad.

Platón creyó que el alma estaba a salvo, que se conservaba eternamente joven y libre, indestructible, más allá del peso de las limitaciones físicas. Que existía una realidad en otra dimensión, el mundo de las ideas, que todo lo de aquí era apariencia y reflejo, representación. Que nuestras cadenas eran como las de Houdini y se deshacían como por magia cuando caemos en la profundidad del abismo de la muerte. Así y solo así tendrían sentido esas ansias de pureza, de inocencia, de perfección; esos anhelos del alma, esa sed que en este mundo el hombre no consigue saciar.

0 Comments:

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home