Sunday, April 15, 2007

LA DUDOSA LUZ DEL DIA

El once de agosto de 1992, Fernando Arrabal cumplió sesenta años. Desde ese día hasta el último del mismo año, llevó un diario personal, que fue publicado bajo el título "La dudosa luz del día" (Espasa Calpe, 1994). Hoy, he llevado a cabo una ceremonia que repito de vez en cuando, con placer: quitar los libros de mi mesilla y poner otros, para que me acompañen ahí durante un tiempo. Es su presencia la que cuenta. Uno de estos libros suele ser el diario de Arrabal. Sus anotaciones tienen la virtud de hacerte partícipe de su mundo, de la forma en que vive la vida. Mezclando el sueño y la vigilia. En una ceremonia de confusión, lo soñado pasa a formar parte de lo vivido y la vida pasa a ser algo onírico. El hombre es unidad entre ambos mundos: el consciente y el inconsciente. El erotismo, la fantasía, la magia, la destrucción, la amistad, el ajedrez, las secretas conexiones entre mundos y tiempos, historia y presente, literatura y vida...conforman una vida -como la de cualquier otro- única, creación propia, invento de uno mismo. En Arrabal se mezclan lo clásico y lo cañí. Se confunden la erudición y la pornografía, lo santo y lo sacrílego. Todo vale si hace buen fuego. Eso es lo que me viene a recordar el libro sobre mi mesilla: también soy dueño de mis sueños y mi vida es mi sueño.

0 Comments:

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home