DUPLICANDO LA REALIDAD
Por que, por ejemplo, un hombre y una mujer. Ella se queja de que él siempre se aleja. Él se queja de que ella siempre gruñe. Para ellos la vida se ha convertido en un constante alejarse o gruñir del otro. Pero según lo explica A, el gruñido de B le hace huir y alejarse (no quiere discustir), mientras que, según lo explica B, el alejamiento de A le desquicia y provoca su ira (se siente ignorada). A ve su vida como una secuencia: gruñido-alejamiento-gruñido. Mientras que B la vive como: alejamiento-gruñido-alejamiento. A y B han creado dos realidades distintas. Pero para el observador exterior la realidad no incluye esas percepciones de causa o principio. Fraccionar la serie de hechos en esa relación humana conforme a un criterio u otro es el aleatorio producto de la imaginación de A, o de la imaginación de B. Romper esa cadena que ahora hace infelices a A y a B, sólo precisaría ser consciente de que cada uno ha creado una realidad, al interpretar al otro como causa de su malestar. Bastaría, entonces, que A se quedase o que B dejase de gruñir. Tanto daría lo uno como lo otro. Y la paz volvería y A y B volverían a encontrarse y se acabarían los gruñidos.
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