Saturday, December 30, 2006

EN LA CARBONERÍA

Sigue siendo ese lugar mágico en el que jóvenes de todas las edades (pero sobre todo jóvenes adolescentes, ingleses, americanos, orientales, estudiantes de español) se asombran de encontrarse. Gloria de Jesús cantando el gurugú o (cuando se hace el silencio -"si no no merece la pena, Carlos Cano era un canta-autor, escribía letras para que se escuchasen"-), "Maria La Portuguesa". No está Pisco. Tampoco Sergio. Pasarse por allí es rodearse de libertad, de bella inocencia adolescente. Es sumergirse en un espacio de bohemia. Felicidades a toda la familia (la patria, diría Jesús), de "La Carbonería"). Feliz 2007. Volveremos una y otra vez a ese cuarto de estar, a presentar libros, a escuchar poesía, a dejar que la noche se desenvuelva, entre música, arte, improvisación y amistad.

Wednesday, December 20, 2006

ROMEO Y JULIETA


En la Maestranza, Romeo y Julieta, de Gounod.
El estreno había sido sonado, por el abucheo al tenor Richard Troxel, intérprete de Romeo. La soprano Nathalie Manfrino interpretaba a Julieta, mientras que el tenor Richard Troxel encarna a Romeo. Michel Plasson, el director francés, era la gran atracción.
A mí, que tengo la suerte de no ser melómano y de disfrutar de forma totalmente inocente (inconsciente), me gustó (más, me encantó), Richar Troxel. Esa forma de quebrararse la voz no sé si alguien la llamará "gallo", pero yo la asocio a la emoción. Es un tenor romántico. Como Carreras, como Kraus. No comparo.
Eché de menos otros decorados, otro vestuario...modernizar lo que está bien como se concibió, en realidad es una estafa. Pero esa misma desnudez invitaba a cerrar los ojos y escuchar.
Tampoco me gustaron las licencias del Ivo Guerra (el director de escena), con Mercucho: lo convierte en un homosexual fiero y burdo que llega a besar en la boca a Romeo, tras fingir una penetración. El intérprete lo borda, pero no es Gounod, no es elegante (manca finezza).
¿Qué me gustó? Veamos. La música: hay pasajes deliciosos.
La Real Orquesta Sinfónica de Sevilla y el Coro de la Asociación de Amigos del Teatro de la Maestranza, como siempre, magníficos. Del coro se pudo disfrutar, ciertamente.
Respecto de la música que hemos escuchado, dice Plasson: "la música francesa tiene una característica, que es la fragilidad. Es extremadamente refinada, elegante y delicada. Es una flor frágil, pero bella. No es un arbusto. Hay que controlar esta delicadeza y elegancia en su justa proporción. "La música francesa siempre tiende a la felicidad, a la consecución del placer y de la alegría...".
Otra cosa que me gustó, la escenografía del himeneo, la noche de amor de los esposos. Las luces de la aurora, el paso de la noche al día, a través de los reflejos de color en los visillos que enmarcan el lecho nupcial. "Es la alondra, que anuncia la mañana. No...es el ruiseñor, compañero del amor".
El destino trágico, la muerte: "Los padres - dirá Romeo- tienen entrañas de piedra". Se refiere a Dios. Porque la muerte vence al amor. Ese amor que era promesa de felicidad. Pero, al escuchar las palabras de los amantes, uno piensa que la muerte corta la flor antes de que se marchite. La verdadera muerte del amor, la triste, es la rutina, la costumbre...Y Romeo y Julieta, al morir, escapan de esa otra muerte, más triste, la muerte del amor. Y así, sobreviven eternamente en el canto de la alondra y en el canto del ruiseñor.
Dejo a los entendidos la crítica. Me quedo con el disfrute de esta noche de ópera.

Tuesday, December 12, 2006

EN MIS TRINCHERAS

Compro un periódico que no leeré.
Me encuentro a personas que no conozco.
Encerrado en mi cuarto no quiero salir.
Tan solo comer chocolate y ver la tele.
Todo sucede demasiado aprisa.
No logro captar las cosas que me dicen.
Nada me interesa lo que a ellos suceda.
Publican leyes que ya nadie entiende.
No sé que pasará, por qué ni quién lo quiere.
No creo: ya no me importa un sí o un no.
Pero aún me desangro por cumplir las normas.
No entiendo, no sé, no quiero, me he ido.
Vivo en mis trincheras, solo y sin amigos.
A mí nadie accede, ellos quedan fuera,
Aquí no hacer nada ocupa todo el tiempo,
Ni siquiera un amigo me hace cambiar de planes.
Nada es mío, soy así y no hay manera.
Escribo para hallar el lema que me salve:
un programa de esperanza o un engaño,
un propósito, un compromiso o un amarre.
Como “Salir afuera, vaciar la mente.
Parar el tiempo y reposar la vida”
Como “No pensar, sentarme en el vacío”.
O tal vez, “No sentir, dejar que todo pase”.
Quizás “Vivir con el pulso detenido”.
O mejor : “Dormir, sin rumbo y sin noticia”.