ENAMORADIZO
He oído decir a Paco, el jovial tabernero del pueblo donde veraneo: "Soy el hombre que más veces se enamora al día en este pueblo"
lo que queda de los sueños
He oído decir a Paco, el jovial tabernero del pueblo donde veraneo: "Soy el hombre que más veces se enamora al día en este pueblo"
Ella me dijo: "Valoro cada cosa; no hago planes a largo plazo". Yo quizás la creía menos inteligente. "Nadie esperaba nada de mí". Y creo que es un buen principio. Que nadie espere nada de uno. Se esperaba tanto de mí...Pero no por eso ella me envidió. Nunca me envidió. Ella está sola. Ella se tiene a sí misma.
Quizás hubiera que decir algo más sobre eso, sobre el no escribir. Mucha gente me lo pregunta, yo me lo pregunto. Y preguntarme por qué no escribo inevitablemente desemboca en otra inquisición mucho más azorante ¿por qué escribí? Al fin y al cabo, lo normal es leer. Mis respuestas favoritas son dos. Una, que mi poesía consistió -sin yo saberlo- en una tentativa de inventarme una identidad; inventada ya, y asumida, no me ocurre más aquello de apostarme entero en cada poema que me ponía a escribir, que era lo que me apasionaba. Otra, que todo fue una equivocación: yo creía ser poeta, pero en el fondo quería ser poema. Y en parte, en mala parte, lo he conseguido; como cualquier poema medianamente bien hecho, ahora carezco de libertad interior, soy todo necesidad y sumisión interna a ese atormentado tirano, a ese Big Brother insomne, omnisciente y ubicuo-Yo. Mitad Calibán, mitad Narciso, le temo sobre todo cuando le escucho interrogarme junto a un balcón "¿Qué hace un muchacho de 1950 como tú en un año indiferente como este". All the rest is silence. (Jaime Gil de Biedma)