Saturday, March 31, 2007

ELOGIO DE LA CARICIA


Siempre he sentido una inclinación personal extraña hacia lo judío. Esto también le ha sucedido a algunos de los escritores a los que admiro (Borges, Joyce...). Creo que la razón puede estar en esa condición del judío errante (que se siente extranjero en su medio, apátrida); también en el origen de este pueblo, que nace del "Libro". El culto al libro, al carácter infinito del Libro (como manifestación de Dios), es lo que distingue al pensamiento judío. El libro como patria. Vengo de Dublín, donde he visto ese culto al libro también. El Libro de Kells se expone como una patria de los irlandeses.
Desde hace algún tiempo, me atrae el pensamiento judio: el Talmud y el Midrash. La escuela talmúdica trata de evitar que el pensamiento se detenga y cristalice en "dogmas". Provoca y postula la dialéctica de las interpretaciones, la contradicción que abre brechas en el sentido, el casual encuentro de ideas que "da que pensar" o el humor. La intersubjetividad de los Maestros. La intertextualidad de los libros. Se trata de distintas vías para mantener el pensamiento siempre en marcha (como quería Nietzsche: "sólo tienen valor las ideas que se nos ocurren mientras caminamos"). Se trata de conquistar la propia libertad mediante aperturas que nos den acceso a un "poder ser las cosas de otra manera".
Mark- Alain Ouaknin, en su libro "Elogio de la Caricia", expone lo que llama el "pensamiento riente", que renuncia de antemano a la meta de poseer la verdad ("un pensamiento vagabundo y nómada, que nunca sabe de antemano a dónde va: partir, tal es su propósito"). La verdad sólo puede ser acariciada, no poseída. Siempre es necesaria una distancia, un "espacio de deseo". Como en un movimiento erótico, la verdad se deja ver y se oculta, en un parpadeo, manifestación y retirada, como "dos senos de mujer que aparecen visibles e invisibles bajo un velo".
"Hay que aprender a no tener razón" (esto lo dijo también Borges), para permanecer deseoso de invención, de nuevas andanzas.

4 Comments:

Blogger Elena Casero said...

Es curioso pero a mí también me atrae mucho la cultura judía. Y no sé por qué. Me atrae el estudio de su religión, de sus costumbres. No me he puesto en ello y quizás nunca lo haga pero la atracción está ahí.

1:04 PM  
Blogger francisco aranguren said...

Ya somos dos. Recuerdo que hice una colección de cromos de niño y sólo me faltaba uno. Nadie lo tenía: era el candelabro de siete brazos. También recuerdo el escalofrío cuando me hablaron de la circuncisión. Oliver Twist y Fagin (vi a ver la película con mi madre)...Son todos recuerdos judíos que marcaron mi infancia. Pero...debe haber algo más. Saludos.

9:53 AM  
Blogger Unknown said...

Francisco, si no lo conoce, no deje de visitar este blog. Creo que le gustará.

http://ruadajudiaria.com/

Enhorabuena. Encuentro los comentarios y reflexiones de todas sus bitácoras interesantes, muy bien expresados y en muchos casos, compartidos. Un saludo

11:45 PM  
Blogger francisco aranguren said...

Gracias Nile, lo ví y he guardado la página, me parece muy interesante, aunque con la dificultad del idioma. Me alegro de compartir con usted todas estas cosas. La afición por el pensamiento judío así como la admiración por ese pueblo (no hablo en términos políticos), creo que es más que una moda cultural, es una recuperación de nuestra propia identidad, de la que los judíos forman parte sin duda.

10:39 AM  

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